Reemplazo de tobillo y artrodesis de tobillo en el tratamiento de la artrosis
La artrosis (OA) es una afección que afecta a las articulaciones y a sus cartílagos, provocando un deterioro estructural y funcional. Si bien comúnmente afecta articulaciones como la rodilla y la cadera, la osteoartritis de tobillo se discute menos debido a su menor incidencia. Dos tratamientos principales para la artrosis de tobillo son la artroplastia total de tobillo (TAR) y la artrodesis de tobillo (DAA).
La DAA, también conocida como fusión de tobillo, es un enfoque ampliamente utilizado para la artrosis de tobillo. A menudo produce un alivio significativo del dolor y una mejora funcional, lo que permite a los pacientes reanudar sus actividades diarias. La TAR, por otro lado, sirve como una alternativa a la DAA y ha experimentado avances a lo largo de los años, ofreciendo mejores resultados, incluida la reducción del dolor y la mejora de la función. A pesar de su efectividad, ambos procedimientos tienen inconvenientes.
La fusión de tobillo, aunque es un método convencional, puede alterar los patrones de marcha y potencialmente provocar artrosis en las articulaciones adyacentes. La TAR muestra resultados prometedores a corto y mediano plazo, pero requiere más investigación para los efectos a largo plazo y plantea desafíos para los cirujanos debido a su complejidad.
Kim et al. realizaron un estudio similar en el que compararon la TAR y la DAA para la artritis de tobillo grave en 2016. El principal hallazgo de este estudio se alinea con el suyo: tanto el TAR como el DAA muestran una eficacia y seguridad similares en ciertos aspectos. Aunque el estudio de Kim encontró que los pacientes con TAR tuvieron más reoperaciones y complicaciones, estos resultados no mostraron una diferencia significativa entre los dos procedimientos. Esta diferencia podría deberse a la inclusión de estudios más recientes en nuestro análisis, que sugieren posibles avances en las técnicas quirúrgicas a lo largo del tiempo.
Tanto la TAR como la DAA han experimentado mejoras en los últimos años, con avances en las técnicas quirúrgicas y una mayor experiencia del cirujano que conducen a mejores resultados.
En resumen, si bien cada tratamiento puede sobresalir en diferentes aspectos, es difícil determinar la superioridad entre TAR y AAD, ya que no se encontraron diferencias estadísticamente significativas. Las limitaciones identificadas en este análisis sugieren la necesidad de tamaños de muestra más grandes y mejores estrategias de búsqueda para minimizar el sesgo y la variabilidad. Es esencial realizar más investigaciones para evaluar y comparar exhaustivamente la eficacia y la seguridad de la TAR y la DAA.