Prevalencia, impacto y consecuencias a largo plazo de los esguinces laterales de tobillo

Las lesiones musculoesqueléticas a veces pueden superar los beneficios de mantenerse activo y participar en deportes, y el miedo a lesionarse puede desalentar a las personas a mantenerse físicamente activas. Una lesión común es un esguince lateral de tobillo (LAS, por sus siglas en inglés), que ocurre cuando el tobillo se tuerce o rueda hacia afuera repentinamente. No son solo los atletas los que se enfrentan a esto; También es común entre la población general y puede ser un gran problema para la atención médica.

El tratamiento de un síndrome de hiperestimulación súbita puede variar, y muchas personas vuelven a sus actividades normales rápidamente. Pero, sorprendentemente, alrededor de la mitad de los que se lesionan nunca buscan ayuda. Desafortunadamente, el LAS a menudo regresa, lo que lleva a lo que llamamos inestabilidad crónica del tobillo (CAI). Esto significa que el tobillo no se siente estable y puede provocar problemas continuos con el movimiento y el equilibrio, lo que dificulta mantenerse activo y afecta su calidad de vida en general.

Lo preocupante es que las personas que han tenido LAS y CAI son más propensas a desarrollar un tipo de artritis llamada osteoartritis postraumática (PTOA, por sus siglas en inglés) en la articulación del tobillo. Con el tiempo, esto puede llevar a la necesidad de una cirugía para reparar la articulación del tobillo. Y lo sorprendente es que esta artritis puede comenzar a una edad más temprana de lo que muchas personas podrían pensar.

Aunque el tratamiento de un solo esguince de tobillo puede no parecer costoso al principio, los gastos se acumulan cuando se considera la atención de seguimiento y el tiempo fuera de las actividades. Dado que los esguinces de tobillo son tan comunes entre las personas activas, los costos sociales generales son mucho más altos de lo que piensas. Cuando se tienen en cuenta los costos de controlar la disminución de la actividad y tratar posibles problemas a largo plazo como la artritis de tobillo, queda claro cuánta carga puede suponer para los sistemas de atención médica incluso una lesión aparentemente menor.

En una declaración relacionada, el Comité Ejecutivo del Consorcio Internacional de Tobillo sugiere usar esta información para guiar la investigación futura y mejorar la forma en que prevenimos y manejamos los esguinces de tobillo. Al centrarnos en la prevención y el tratamiento temprano, podemos reducir el riesgo de desarrollar inestabilidad crónica del tobillo y problemas relacionados, promoviendo en última instancia estilos de vida más saludables y fomentando más actividad física.

 

Entendiendo los esguinces de tobillo (LAS):

Entendiendo los esguinces laterales de tobillo (LAS):

Los esguinces laterales de tobillo (LAS) son el tipo de lesión más común que afecta a las extremidades inferiores en personas físicamente activas. Esto significa que ocurren con frecuencia entre aquellos que practican deportes u otras actividades físicas. Un LAS agudo se define como una lesión repentina de los ligamentos en la parte externa de la articulación del tobillo, generalmente causada por el tobillo que gira hacia adentro o una combinación de movimiento del pie hacia abajo y hacia adentro.

 

Cómo ocurren los esguinces de tobillo:

Los esguinces de tobillo se observan a menudo en deportes como el fútbol y el baloncesto. Los investigadores han estudiado cómo ocurren estas lesiones para comprender mejor sus causas. Descubrieron que dos escenarios comunes implican el contacto directo con otro jugador o un movimiento repentino mientras se planta el pie. Ambas situaciones pueden hacer que el tobillo se tuerza de forma antinatural.

 

Perspectivas de la investigación:

Estudios recientes han proporcionado información valiosa sobre cómo ocurren los esguinces de tobillo. Por ejemplo, los investigadores observaron los movimientos que conducían a un esguince de tobillo durante las pruebas de laboratorio. Descubrieron que el tobillo giraba rápidamente hacia adentro y rotaba internamente, incluso cuando no había contacto directo con otro objeto o persona. Esto sugiere que los esguinces de tobillo ocurren debido a una torsión y giro repentino y contundente de la articulación del tobillo, independientemente de la posición del pie.

Comprender estos mecanismos puede ayudar a los proveedores de atención médica a diagnosticar y tratar mejor los esguinces de tobillo, así como a desarrollar estrategias de prevención efectivas para los pacientes que realizan actividades físicas o deportivas.

Recientemente, investigadores como Mok et al y Fong et al han estado utilizando técnicas avanzadas de análisis de movimiento para estudiar los esguinces de tobillo capturados en video durante eventos deportivos en vivo. Por ejemplo, Mok et al analizaron dos esguinces de tobillo que ocurrieron durante los Juegos Olímpicos de Verano de Beijing 2008. Uno ocurrió durante la ronda de clasificación de salto de altura femenino, donde el tobillo se giró severamente hacia adentro, giró internamente y apuntó ligeramente hacia abajo cuando hizo contacto con el suelo por primera vez. Luego, hubo un aumento repentino y rápido en la torsión hacia adentro y la rotación interna del tobillo. En otro caso, durante un partido de hockey sobre césped, un jugador pisó accidentalmente el pie de otro jugador, lo que provocó una torsión similar del tobillo.

Del mismo modo, Fong et al estudiaron los esguinces de tobillo de los partidos de tenis televisados. Encontraron que en todos los casos, el tobillo estaba girado hacia adentro cuando tocó el suelo por primera vez, que es una posición que hace que el tobillo sea más vulnerable a las lesiones. La torsión hacia adentro del tobillo ocurrió muy rápidamente después del contacto inicial, generalmente en una fracción de segundo. Comprender estos movimientos específicos que conducen a los esguinces de tobillo puede ayudar a los atletas y entrenadores a reconocer y potencialmente prevenir estas lesiones durante las actividades deportivas.

 

Comprender la frecuencia de los esguinces de tobillo:

En esta sección, discutiremos cómo los esguinces de tobillo, específicamente los esguinces laterales de tobillo (LAS), son increíblemente comunes entre las personas que son físicamente activas. Si bien a menudo se asocia con atletas, el LAS afecta a una amplia gama de personas que participan en diversas actividades físicas. Para tener una idea clara del impacto del LAS en la sociedad, es esencial observar la prevalencia de estas lesiones en diferentes grupos demográficos, incluidos los datos de los departamentos de emergencias.

Perspectivas de la investigación:

Numerosos estudios han profundizado en los patrones de los deportes de tobillo. Por ejemplo, una revisión exhaustiva realizada por Fong y sus colegas en 2007 examinó más de 200 estudios epidemiológicos que abarcaban 70 deportes diferentes, con la participación de un total de más de 200.000 individuos. Encontraron que en el 34% de estos deportes, el tobillo era la parte del cuerpo que se lesionaba con más frecuencia. Una revisión sistemática más reciente realizada por Doherty y otros se centró en estudios prospectivos, proporcionando tasas de incidencia agrupadas de esguinces de tobillo en varios deportes, grupos de edad y géneros.

Principales conclusiones:

Los deportes de interior y de pista, en particular, mostraron las tasas de incidencia más altas, con un estimado de 7 esguinces de tobillo por cada 1000 exposiciones. Además, las tasas de incidencia variaron según el sexo y la edad, y las mujeres y los atletas más jóvenes experimentaron tasas más altas de esguinces de tobillo en comparación con los hombres y las personas mayores. Es importante destacar que la mayoría de las lesiones de tobillo diagnosticadas fueron esguinces, y el LAS representó el 80-90% de estos casos.

Comprender la frecuencia y la distribución de los esguinces de tobillo es crucial tanto para los profesionales de la salud como para las personas, ya que informa las estrategias de prevención y los enfoques de tratamiento para reducir la carga de estas lesiones en la salud pública.

 

Comprender la incidencia del esguince de tobillo:

La comparación de datos de varios deportes y regiones puede proporcionar información valiosa sobre las tasas de esguinces de tobillo. Sin embargo, las cifras de incidencia agrupadas, como las compiladas por Doherty et al, pueden tener limitaciones debido a las diferencias en los métodos de estudio y las definiciones. El uso de grandes conjuntos de datos regionales con metodologías coherentes a lo largo del tiempo puede ofrecer información más fiable.

Por ejemplo, el Sistema de Vigilancia de Lesiones de la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA) en los EE. UU. ha rastreado las lesiones en 16 deportes universitarios durante casi tres décadas. Según Hootman et al, los esguinces de ligamentos de tobillo son la lesión más común entre los atletas de la NCAA, y los jugadores de baloncesto y fútbol experimentan las tasas más altas.

Además, los esguinces de tobillo son frecuentes en otros grupos físicamente activos, como el personal militar. Los estudios han reportado tasas de incidencia comparables a las de deportes como el softbol y el béisbol. Además, los esguinces de tobillo también representan una parte importante de las visitas a los servicios de urgencias (ED) en todo el mundo, con millones de casos al año.

En el Reino Unido, los esguinces de tobillo contribuyen a una parte sustancial de las presentaciones de disfunción eréctil, especialmente entre las niñas. Del mismo modo, estudios realizados en los EE. UU. y los Países Bajos han destacado los esguinces de tobillo como un motivo común de visitas a urgencias, y las tasas de incidencia se mantienen relativamente constantes a lo largo del tiempo.

Estos hallazgos enfatizan la ocurrencia generalizada de esguinces de tobillo en varias poblaciones y subrayan la importancia de la prevención y las estrategias de manejo adecuadas para reducir su impacto.

 

Efectos a mediano y largo plazo de los esguinces de tobillo:

Desarrollo de inestabilidad crónica del tobillo (CAI):

Si bien los esguinces de tobillo a menudo se consideran lesiones menores con una recuperación rápida, muchos pacientes enfrentan desafíos continuos. Estos pueden incluir síntomas persistentes como inestabilidad, disminución de la función y limitaciones en las actividades, incluso meses o años después de la lesión inicial. Algunas personas pueden desarrollar inestabilidad crónica del tobillo (CAI, por sus siglas en inglés), que implica problemas recurrentes en el tobillo y un mayor riesgo de volver a lesionarse. Sin embargo, lo que conduce exactamente a la CAI en algunos pacientes sigue sin estar claro, y se están explorando varias teorías.

Déficits posteriores a la lesión:

Aunque los síntomas inflamatorios iniciales de un esguince de tobillo suelen mejorar con relativa rapidez, las tasas de recurrencia son altas, lo que supone una preocupación importante. Los estudios han demostrado que los esguinces de tobillo tienen las tasas más altas de recurrencia entre las lesiones de las extremidades inferiores, con un riesgo duplicado de volver a lesionarse dentro del primer año después del incidente inicial. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ciertos factores, como el papel o la función de un individuo en un deporte como el voleibol, pueden influir en su riesgo de recurrencia.

Se cree que un esguince de tobillo puede alterar la función neuromuscular, lo que provoca problemas como problemas de equilibrio, debilitamiento muscular y retraso en los tiempos de reacción muscular. Incluso después de regresar a las actividades normales, estos déficits pueden persistir, lo que aumenta la probabilidad de sufrir más lesiones. Por ejemplo, las personas con antecedentes de esguinces de tobillo tienden a experimentar más dificultades con el control del equilibrio, especialmente cuando están fatigadas. Este deterioro continuo de la función del tobillo podría contribuir al desarrollo de la CAI con el tiempo.

 

Transición de esguinces de tobillo a inestabilidad crónica de tobillo (CAI):

Para muchos pacientes, el dolor persistente, la sensación de inestabilidad y los casos en los que el tobillo “cede” son problemas continuos, lo que indica el desarrollo de inestabilidad crónica del tobillo (CAI). Hertel propuso un modelo de CAI, sugiriendo que las ocurrencias repetidas de inestabilidad del tobillo conducen a múltiples esguinces. Este modelo combina las ideas de inestabilidad mecánica (daño ligamentoso que causa laxitud) e inestabilidad funcional (inestabilidad recurrente debido a déficits propioceptivos y neuromusculares).

Delahunt y sus colegas ampliaron esto, definiendo la CAI como una condición que abarca tanto la inestabilidad mecánica como la funcional. Especificaron que para que alguien sea diagnosticado con CAI, debe experimentar síntomas residuales como “ceder” y sentimientos de inestabilidad durante al menos un año después de su esguince inicial.

Para abordar las inconsistencias en la investigación de la IAC, Hiller y otros revisaron el modelo de Hertel, sugiriendo que la IAC no es una sola afección, sino más bien heterogénea con varios subgrupos. Propusieron siete subgrupos, teniendo en cuenta factores como la inestabilidad percibida en lugar de centrarse únicamente en las limitaciones funcionales.

Recientemente, el Comité Ejecutivo del Consorcio Internacional de Tobillo publicó una declaración en la que se describen los criterios para seleccionar a los pacientes con CAI con fines de investigación. Estos criterios incluyen la evaluación de los antecedentes de esguinces de tobillo y limitaciones funcionales del paciente, así como los episodios autoinformados de “ceder” y las medidas de resultado validadas. Esto tiene como objetivo proporcionar pautas más claras para estudiar y tratar la CAI de manera efectiva.

 

Prevalencia de la Inestabilidad Crónica de Tobillo (IAC):

Las investigaciones indican una tendencia preocupante en la prevalencia de la CAI, ya que hasta el 70% de las personas que han experimentado un esguince de tobillo anterior desarrollan CAI en un corto período de tiempo. Estudios recientes han demostrado altas tasas de prevalencia de CAI (>25%) en deportes como balonmano, baloncesto, fútbol y voleibol. Se observan tendencias similares entre los atletas universitarios y de secundaria, con aproximadamente una cuarta parte de ellos reportando CAI después de lesiones previas en el tobillo. Incluso en artes escénicas como el ballet, más de la mitad de los bailarines con antecedentes de esguinces de tobillo informan haber experimentado CAI. Esta prevalencia se extiende a la población general, donde más del 20% de las personas con lesiones de tobillo reportan problemas crónicos, particularmente asociados con actividades deportivas.

 

Desarrollo postraumático de la artrosis

A pesar de la relación entre la gravedad del esguince de tobillo y el desarrollo de la IAC, parece haber un conocimiento insuficiente de la IAC y su impacto en la actividad física. Es posible que muchas personas, incluidos los atletas, no busquen la atención médica adecuada después de un esguince de tobillo, lo que podría contribuir al desarrollo de la CAI. Esta falta de evaluación médica y atención adecuada podría ser un factor importante en el desarrollo de la ICA, aunque faltan pruebas concluyentes debido a las dificultades para reclutar poblaciones de estudio adecuadas.

Otra teoría sugiere que el tratamiento de los esguinces de tobillo, especialmente en los servicios de urgencias, puede no ser óptimo, lo que lleva a una restauración inadecuada de la función del tobillo. El tratamiento a menudo se centra en el control de los síntomas agudos sin prestar suficiente atención a la restauración de la función articular y a la prevención de nuevas lesiones. Esta falta de atención integral puede contribuir a la inestabilidad continua del tobillo y a la disminución de los resultados de los pacientes característicos de la IAC. Por lo tanto, se necesitan estrategias de tratamiento más proactivas y personalizadas para abordar los esguinces de tobillo de manera efectiva y reducir el riesgo de desarrollo de CAI.

Uno de los beneficios de formar parte de un sistema de salud estructurado es el acceso a la rehabilitación de seguimiento, cuyo objetivo es restaurar la función y reducir la discapacidad. Sin embargo, en la atención clínica de los atletas, a menudo se presiona para que se vuelva rápidamente a la actividad una vez que el dolor disminuye y es posible soportar peso. Este enfoque agresivo podría pasar por alto resultados críticos, permitiendo que la discapacidad persista. Los atletas pueden reanudar las actividades antes de completar las etapas de curación necesarias, lo que puede conducir a una integridad estructural inadecuada y un control neuromuscular ineficiente.

Por lo tanto, existe el riesgo de una rehabilitación de seguimiento insuficiente y una atención demasiado agresiva, lo que puede tener consecuencias negativas. Delahunt y sus colegas proponen una “hoja de ruta” para ayudar a evaluar las necesidades y los déficits de los pacientes con esguinces de tobillo, guiando las decisiones de atención clínica. Los ensayos prospectivos son esenciales para determinar la dosis óptima de tratamiento y rehabilitación para un cronograma seguro de regreso a la actividad que minimice la inestabilidad y la repetición de lesiones.

Otra teoría para el desarrollo de la Inestabilidad Crónica de Tobillo (IAC) involucra patrones sensoriomotores y neuromusculares anormales observados en esta población. Los estudios han demostrado alteraciones persistentes en el equilibrio, la marcha y los patrones de movimiento en pacientes con CAI. Si bien estos hallazgos sugieren un vínculo entre la lesión de tobillo y los déficits sensoriomotores, faltan pruebas concluyentes. Los estudios longitudinales han demostrado problemas continuos de control postural y patrones de movimiento anormales en pacientes con esguinces de tobillo, lo que indica una base potencial para el desarrollo de CAI.

Los factores genéticos también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la CAI, aunque la investigación en esta área aún se encuentra en sus primeras etapas. Un estudio encontró que los soldados con un genotipo específico tenían menos esguinces de tobillo, lo que sugiere una posible influencia genética. Se necesita más investigación, incluidos estudios prospectivos, para confirmar estas relaciones y determinar las posibles intervenciones.

Existe una clara conexión entre los esguinces agudos de tobillo (LAS) y el desarrollo de inestabilidad crónica de tobillo (CAI). Lo que es menos conocido es que el LAS y el CAI también pueden provocar osteoartritis postraumática (PTOA) en la articulación del tobillo. La PTOA de la articulación del tobillo, independientemente de su causa, puede limitar significativamente la función física y la calidad de vida. Los estudios muestran que los pacientes con PTOA en etapa terminal de la articulación del tobillo a menudo experimentan limitaciones físicas similares a las de aquellos con afecciones de salud graves como enfermedad renal o insuficiencia cardíaca.

Las investigaciones indican que entre el 70% y el 80% de los casos de PTOA en la articulación del tobillo están relacionados con lesiones ligamentosas previas, en particular el LAS. Esto significa que una parte significativa de los casos de artrosis de la articulación del tobillo se deben a esguinces de tobillo anteriores. Lo preocupante es que el PTOA de la articulación del tobillo tiende a desarrollarse a una edad más temprana en comparación con otras degeneraciones articulares como la artrosis de rodilla o cadera. Las lesiones ligamentosas y la inestabilidad juegan un papel importante en este proceso.

Algunos estudios sugieren que incluso un solo LAS grave puede provocar PTOA en la articulación del tobillo con el tiempo, con un período de latencia de alrededor de 26 años. Los LAS recurrentes pueden acortar este período de latencia. Además, la evidencia muestra que los pacientes con inestabilidad crónica del tobillo a menudo tienen cambios artríticos en los tobillos, incluso si su queja principal es el dolor crónico en lugar de la inestabilidad.

Estos hallazgos enfatizan la importancia de la atención y la rehabilitación adecuadas después de un esguince de tobillo para prevenir complicaciones a largo plazo como el PTOA de la articulación del tobillo. La detección temprana y el tratamiento de la inestabilidad del tobillo también pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar PTOA y sus limitaciones físicas asociadas.

Inestabilidad crónica del tobillo (IAC), se han observado tasas variables de cambios degenerativos en la articulación del tobillo. Por ejemplo, Sammarco y DiRaimondo encontraron cambios degenerativos en solo el 21% de los pacientes con CAI durante la estabilización del ligamento lateral. Mientras tanto, Hintermann et al descubrieron lesiones de cartílago en el 55% de los pacientes con CAI a través de una evaluación artroscópica realizada menos de dos años después de su esguince de tobillo inicial. De manera similar, Takao et al informaron cambios degenerativos en el 50% de sus pacientes, con un 29% que mostraban lesiones osteocondrales, dentro de los siete meses posteriores a la lesión.

En el otro extremo del espectro, Taga et al encontraron que el 95% de los tobillos crónicamente inestables tenían lesiones condrales, con una edad promedio de 20 años. Otros estudios realizados por Komenda y Ferkel y Ferkel y Chams observaron cambios degenerativos en el 91% de los casos de tobillo inestable, con un 25% con lesiones condrales, y problemas intraarticulares en el 95% de los pacientes con CAI, respectivamente.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos hallazgos son de pacientes que requieren cirugía por síntomas asociados a la CAI. Por lo tanto, las tasas de osteoartritis articular del tobillo (OA) reportadas en la literatura podrían ser más altas en pacientes sintomáticos que buscan atención médica que en aquellos que sufren esguinces de tobillo recurrentes pero no buscan tratamiento.

Algunos estudios han sugerido que incluso un solo esguince de tobillo grave puede provocar artrosis de la articulación del tobillo con el tiempo, con un período de latencia de alrededor de 26 años. Además, Golditz et al encontraron que los pacientes jóvenes y físicamente activos con CAI y los “copers” de esguince de tobillo (aquellos que se torcieron el tobillo pero no desarrollaron síntomas de CAI) tenían tiempos de relajación T2 más altos, lo que indica degeneración del cartílago, dentro de los cinco años posteriores a su lesión inicial.

Si bien estos hallazgos sugieren un vínculo entre los esguinces de tobillo y los cambios degenerativos, se necesita más investigación para comprender las causas subyacentes y las intervenciones efectivas para mitigar la degeneración del cartílago después de las lesiones de tobillo. Esto enfatiza la importancia de la rehabilitación temprana y la restauración biomecánica adecuada después de un esguince de tobillo para prevenir potencialmente complicaciones a largo plazo como la artrosis de la articulación del tobillo.

 

Impacto en la actividad física, la calidad de vida y el riesgo de comorbilidad

A lo largo de este escrito, hemos explorado cómo los esguinces de tobillo pueden tener un impacto significativo en varios aspectos de la vida. No solo causan interrupciones inmediatas en las actividades diarias y los deportes, sino que también pueden tener consecuencias a largo plazo que afectan la actividad física, la calidad de vida y la salud en general.

La actividad física es crucial para mantener un buen bienestar físico y emocional. Los esguinces de tobillo a menudo conducen a limitaciones temporales en el movimiento debido al dolor y la hinchazón. Si bien muchas personas creen que una vez que el dolor disminuye, pueden reanudar sus actividades normales, los pacientes con esguinces de tobillo, especialmente aquellos que progresan a inestabilidad crónica de tobillo (CAI), pueden continuar experimentando dificultades con la actividad física durante su vida.

La investigación con modelos animales ha demostrado que las lesiones de tobillo pueden provocar una disminución de los niveles de actividad física, incluso después de la fase aguda de la recuperación. De manera similar, los estudios que involucran poblaciones humanas han encontrado que un número significativo de personas con esguinces de tobillo informan limitaciones persistentes en la actividad física, lo que afecta su capacidad para participar en deportes, actividades recreativas e incluso tareas ocupacionales.

Curiosamente, se ha descubierto que los adultos jóvenes con CAI realizan menos actividad física en comparación con los que no tienen lesiones en el tobillo. Esta disminución de la actividad física también puede contribuir a un aumento del índice de masa corporal (IMC), ya que la obesidad se ha relacionado con la inestabilidad del tobillo.

Si bien las razones exactas de la disminución de la actividad física después de los esguinces de tobillo no se comprenden completamente, factores como el dolor persistente de tobillo, la inestabilidad y los cambios psicosociales pueden desempeñar un papel. Comprender estos factores es esencial para desarrollar estrategias efectivas para superar las limitaciones de la actividad física y mejorar los resultados generales de las personas con lesiones de tobillo.

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Dr. Mo Athar
A seasoned orthopedic surgeon and foot and ankle specialist, Dr. Mohammad Athar welcomes patients at the offices of Complete Orthopedics in Queens / Long Island. Fellowship trained in both hip and knee reconstruction, Dr. Athar has extensive expertise in both total hip replacements and total knee replacements for arthritis of the hip and knee, respectively. As an orthopedic surgeon, he also performs surgery to treat meniscal tears, cartilage injuries, and fractures. He is certified for robotics assisted hip and knee replacements, and well versed in cutting-edge cartilage replacement techniques.
In addition, Dr. Athar is a fellowship-trained foot and ankle specialist, which has allowed him to accrue a vast experience in foot and ankle surgery, including ankle replacement, new cartilage replacement techniques, and minimally invasive foot surgery. In this role, he performs surgery to treat ankle arthritis, foot deformity, bunions, diabetic foot complications, toe deformity, and fractures of the lower extremities. Dr. Athar is adept at non-surgical treatment of musculoskeletal conditions in the upper and lower extremities such as braces, medication, orthotics, or injections to treat the above-mentioned conditions.